WWF España,
organización mundial para la conservación de la naturaleza, es una de las
principales ONG dedicadas a la protección del medio ambiente. Entre sus
objetivos destaca la preservación de los ecosistemas y su biodiversidad, así como
el fomento de actividades económicas respetuosas con el entorno natural donde
se realizan. Por ello, WWF España apuesta por las buenas prácticas agrícolas,
muchas de ellas incluidas en la producción ecológica, con el fin de preservar
los recursos naturales.
El viñedo es
uno de los cultivos característicos del Mediterráneo. España alberga miles de
hectáreas y zonas de interés, cada una con características especiales. Todos
estos viñedos tienen en común su dependencia de un medio ambiente sano: sin un
suelo fértil, sin un clima estable o sin la fauna que controla de manera
natural las plagas en los cultivos, no tendrá futuro su actividad. Para
conjugar la vertiente productiva, enfocada a la calidad más que a la cantidad,
y con el debido respeto al medio ambiente, son necesarias una serie de
prácticas agrícolas al alcance de cualquier viticultor.
En los
siguientes posts se recogen las recomendaciones de WWF relacionadas con la
producción ecológica:
VIÑEDO Y
MEDIO AMBIENTE, UNA RELACIÓN NECESARIA
Es posible
apoyar la economía local y tener un gesto con el medio ambiente con algo tan
habitual como descorchar una botella de vino. Pero sólo si ese vino se ha
producido con uva que sigue buenas prácticas agrícolas, como las contempladas
en la normativa de producción ecológica, y tapón FSC, la única certificación
forestal que asegura una gestión de los alcornocales ambiental y socialmente
responsable.
El futuro de
espacios emblemáticos como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel también
depende de la forma en la que se gestionan los viñedos. El arranque de los
viñedos de secano y la transformación masiva a regadío de extensas áreas de
vid, en muchos casos con la consiguiente sobreexplotación de los recursos
hídricos disponibles, lleva a la desertificación de tierras fértiles y a la
sobreexplotación de cursos de agua, y afecta tanto a la cantidad como a la
calidad de este valioso recurso. Como muestra valga el dato de que para
producir una copa de vino se requieren 120 litros de agua.
Un manejo
adecuado de los viñedos permite desarrollar su potencial para actuar como
corredores ecológicos, ofreciendo refugio y alimento a la biodiversidad
amenazada por la fragmentación del territorio o el cambio climático. Mientras,
otra biodiversidad se encuentra en peligro: la de variedades autóctonas de
viña, muchas de ellas prácticamente en desaparición al ser sustituidas por
variedades foráneas, peor adaptadas al medio.
Potenciar
estos valores adicionales del viñedo depende de la labor de aquellos
viticultores que apuestan por la producción extensiva, de calidad frente a
cantidad, adecuada a las condiciones de suelo y al clima de cada región y que
desarrollan buenas prácticas agrícolas, ampliamente recogidas por la
viticultura ecológica. Sólo apostando por proteger la fertilidad del suelo, la
calidad del agua o los servicios que gratuitamente nos ofrece la biodiversidad,
como el control natural de plagas, se asegurará el futuro de
la actividad
agrícola en su conjunto, y en concreto el de la viticultura, objeto del
presente manual.
Si a esto le
unimos el necesario compromiso de las bodegas por el uso sostenible de los
recursos, como la energía o el agua, y su apuesta por el empleo de corcho FSC
se completa una alianza única entre cultivos y paisajes mediterráneos,
ofreciendo productos únicos desde el punto de vista ambiental.
WWF, en su
compromiso por el medio ambiente, seguirá promoviendo la adopción de estas
buenas prácticas, del campo a la mesa, trabajando por un futuro sostenible del
medio rural.
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