18/10/13

LA TIERRA BAJO EL VIÑEDO



Siguiendo con las recomendaciones de WWF, hoy queremos hablaros del cuidado de la tierra. El suelo es uno de los recursos más preciados y frágiles que tenemos, lugar donde permanece el cultivo, profundizan sus raíces y el medio por el que se nutre la planta. Es, además, un espacio físico en el que se combina lo mineral y lo orgánico, que junto al agua y el aire, dan como resultado una mezcla viva, dinámica y fértil, siendo uno de los factores principales que van a influir en la calidad de la cosecha obtenida.

Sin embargo, su fragilidad hace que, tras años de inadecuadas prácticas agrícolas, pierda sus propiedades, volviéndose un medio inestable, pobre y hostil, sufriendo procesos degenerativos y erosivos. La pérdida de suelo en zonas de pendiente, su salinización por riegos inapropiados, y en definitiva la degradación física, química y biológica, hacen que la viña se resienta, disminuyendo su capacidad productiva y propiedades cualitativas, incluso dañando irreversiblemente parte o la totalidad de la plantación.

La tierra no sólo se trabaja mediante el laboreo, también mediante la fertilización orgánica y el uso de cubiertas vegetales. Todas las decisiones que tomemos sobre estas prácticas irán perfilando un suelo activo, influyendo no sólo en la fertilidad, sino también en el fortalecimiento, resistencia y estado sanitario del viñedo. A la hora de definir un plan de fertilización para nuestro cultivo es básico potenciar la fertilidad natural del suelo, manteniendo su biodiversidad microbiana, siendo clave el contenido en materia orgánica del suelo.

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