30/10/13

La importancia de la materia orgánica



En las recomendaciones de la WWF, hoy queremos centrarnos en la importancia de la materia orgánica, para la que la organización apoya el empleo de ganado para el control de la vegetación espontánea durante el invierno y siega de la cubierta vegetal. El más adecuado y extendido es el ovino, que no ramonea y aporta estiércol de gran calidad. En este caso, los acuerdos entre viticultores y ganaderos son interesantes para ambos por el beneficio mutuo obtenido.



La materia orgánica es mucho más que un fertilizante. No se aplica para nutrir a la viña, sino para nutrir a la tierra, y será ésta quien alimente y fortalezca a la planta. Ésta es la principal diferencia de enfoque entre la fertilización química y la orgánica.



En la tierra

  • Interviene positivamente en la estructura, sirviendo de elemento aglutinante entre las partículas minerales, estabilizando los agregados, mejorando la porosidad del suelo y su resistencia a procesos erosivos.
  • Aumenta la retención de agua, pues las partículas orgánicas funcionan como pequeñas esponjas. Al existir mayor permeabilidad mejora el drenaje, reduciendo pérdidas por escorrentía y evaporación.
  • Incrementa la retención de nutrientes. El complejo arcillo-húmico funciona como despensa, permitiendo la formación de compuestos estables que evitan la pérdida de elementos nutritivos. El nitrógeno se mantiene en forma orgánica.
  • Favorece la solubilidad de elementos minerales y mejora la asimilación de nutrientes por parte de la planta.



En la viña

  • Pone a disposición del cultivo nutrientes orgánicos de mayor calidad y disponibilidad prolongada.
  • Favorece la micorrización de las raíces y con ello su capacidad de exploración de la tierra, permitiendo un mejor aprovechamiento de los nutrientes y agua disponibles, soportando mejor periodos secos y suelos pobres.
  • Aumenta la resistencia de las raíces frente a patógenos debido a las micorrizas.
  • Posibilita un crecimiento de la planta más equilibrado y un tejido vegetal menos atractivo a plagas y enfermedades.


Por todo lo expuesto, la mejor estrategia en cuanto a la nutrición de la viña es la fertilización orgánica. Conocer la situación de nuestro suelo, en cuanto a porcentaje de materia orgánica, estructura, etc., es fundamental para adecuar los aportes fertilizantes a las necesidades reales del cultivo. Hay que considerar que las tierras arcillosas requieren aportes orgánicos más dilatados en el tiempo y maduros, en comparación con las arenosas, más aireadas, y en las que la materia orgánica evoluciona más rápidamente.



En principio la viña no es un cultivo muy exigente, al estar perfectamente aclimatado a suelos pobres y a las condiciones del clima mediterráneo. En cualquier caso, para determinar las necesidades de nutrientes de nuestro cultivo es aconsejable realizar análisis foliares y de suelo periódicos.



Los aportes orgánicos pueden tener una procedencia diversa, condicionando la dosis y la fecha de aplicación. En general es deseable la fermentación previa o compostaje de los restos orgánicos, estiércoles, etc. que apliquemos al terreno, para evitar la transmisión de enfermedades o semillas de otras plantas, así como su análisis previo para descartar la presencia de contaminantes.

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