16/4/13

La Sugerencia de Jesús Solanas

Fantástico artículo publicado en Magazine de La Vanguardia. Gracias!


Decir que la serranía de Ronda es un lugar privilegiado y casi mágico no es descubrir nada nuevo. Ha estado habitada desde el neolítico. Celtas, fenicios, griegos, romanos, visigodos, musulmanes… una rica historia trufada de poetas andalusíes, cantaores, toreros, bandoleros y librepensadores, en un paisaje inspirador con gentes acogedoras y con duende, que siempre ha atraído a artistas y mentes sensibles. Así que no es raro que el viticultor Friedrich Schatz, a comienzos de los ochenta, decidiera dejar su Alemania natal para iniciar un nuevo proyecto vital y vinícola en esta tierra.

Fue pionero en recuperar una tradición perdida de vinos rondeños y sobre todo en métodos radicales de agricultura ecológica y prácticas biodinámicas, casi desconocidas o despreciadas en aquellos años. De la explotación familiar de tres hectáreas nacen seis vinos muy diferentes, todos interesantes, pero es este Acinipo la joya más preciada del tesoro.

El nombre viene de un antiguo asentamiento antecesor de la actual Ronda, donde los vestigios más importantes son de un hermoso teatro romano. La uva elegida para este evocador y único vino es la lemberger, variedad originaria de la zona del Danubio y hoy cultivada en Austria, Hungría y Alemania, aclimatada en la sierra malagueña con magnífico resultado. Muy vivo y firme en su delicadeza a los ocho años de su cosecha, con recuerdos de cerezas ácidas muy maduras, pastillas Juanola, pimienta verde, chocolate con cereales, espliego y cidra. Digestivo, encantador y natural. Requiebro y solemne emoción. Wagner por fandangos.

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